Relatos Travestis Valencia: Yurena Canaria. Morbazo canario en Palma de Mallorca.
Autor: badmotor2008
Lo que aquí relato pasó hace un año. Me animo a contarlo ahora porque fue una experiencia fantástica y las cosas buenas se comparten. La protagonista de aquel encuentro se llama Yurena, una trans canaria que está cañón total. Aclaro que no se trata de la Yurena que se anuncia en esta página. La foto que cuelgo en este mensaje os sacará de dudas. Es una trans tatuada que usa fotos naturales en sus anuncios (mucho selfie). Por cierto, vuelve a anunciarse en Mallorca.
Hacía tiempo que quería conocer a Yurena. En su primera visita a la isla dejé escapar la oportunidad. En la segunda no podía hacerlo. Marco su número uno de sus últimos días por aquí. Alucino con su femenina voz y con su simpatía. A los segundos de conversación, sé que quedaré con ella. Ese día no puedo. Será el día siguiente, primer jueves de abril.
Llamo a primera hora de la tarde. La pillo fuera de casa. Quedamos en media hora en su piso. La dirección me la dio el día anterior. Salgo para allá. Ya estaba duchado y arreglado. Problemas para aparcar. Estoy en su zona y no encuentro un puñetero sitio. Envío un whatsapp avisando de mi retraso. Me contesta diciendo que no hay ningún problema. Logro aparcar y me planto en su portal 10 minutos más tarde de la hora concertada. Me joden estas cosas, pero bueno. Llamo, me indica el piso y abre el portal. Subo con ascensor. Espero unos segundos en el rellano sin picar al timbre. Se abre la puerta y ella está detrás. Atravieso el umbral y nos saludamos con dos besos. Yurena me sonríe. Lo primero que hago es pedir disculpas por el retraso. Me recibe ligera de ropa. Picardías y tanga de color blanco. El picardías podría ser el rosa que lleva en alguna de sus fotos. No estoy seguro. La verdad es que solo me fijo en lo buenorra que está. Es bastante alta, y eso que va descalza. Hay alfombras por todo el pasillo indicando el camino hasta la habitación. Voy delante siguiendo sus indicaciones.
El dormitorio está muy bien. Limpio y amplio. Cama grande central. Iluminación artificial cálida y suficiente para verse bien. Dejo mi chaqueta en una silla que hay a los pies de la cama. La repaso con la vista mientras hablamos. Está cañón total. Bueno, como muestran sus fotos. Me ponen muchísimo sus curvas y sus tatoos, que le quedan de miedo. Pelo suelto, rubio. Sombra de ojos, labios carnosos pintados en rojo. Uñas largas en un color difícil de definir. Entre naranja y fucsia, diría.
“¿Has estado antes con trans?”... me pregunta. “Sí, con alguna”... respondo. Mi respuesta parece aliviarla. “¿Cuánto tiempo vas a quedarte?”... dice ella. “Como es la primera vez contigo, empezamos con media hora y, si estamos a gusto, ampliamos hasta la hora”... respondo. “Ok, ¿me pagas entonces la media hora?”... escucho. “Por supuesto”... contesto. Busco la cartera y pago. Se muestra atenta y simpática en todo momento.
“Ponte cómodo. Es decir, desnúdate”... me dice entre risas. Ella también se quita la ropa. Antes de quitarse el tanga, hace un gesto como pidiendo permiso. “Adelante”... le digo sonriendo. Se queda en bolas. Su polla en reposo tiene un tamaño normal. “¿Qué te gusta hacer?”... pregunta. “De todo. Lo que vaya surgiendo”... contesto. La verdad es que prefiero no ser demasiado concreto y que la cosa vaya fluyendo. “Ok pues empiezo a chupártela”... dice ella. “Me parece perfecto”... digo sonriente. Me tumbo boca arriba con cojines a mi espalda y ella boca abajo, sobre mí en sentido transversal. Empieza a comerme la polla con ganas. Mi erección se dispara. Sus labios bien carnosos me llevan al cielo. Mamada profunda haciendo desaparecer mi polla por completo. “Joder... ¡Qué bueno!”... digo. Alucino con su modo de mamar. Menos mal que me he hecho una pajilla en casa, pienso. Le sobo las tetas. Por cierto, espectaculares. Son nuevas de hace unos meses. La cicatriz la tiene en su pezón, dando un aspecto del todo natural. Al mamar con tanta profundidad, deja sus labios marcados en mi piel. Intenta limpiar con sus dedos, en plan coña. “No lo hagas”... le digo riendo. Yurena continúa su espectacular mamada. Por momentos, deja su cabeza quieta y me follo su boca. Intento pensar en otras cosas para no correrme ahí mismo. Ella parece disfrutar tanto como yo. Lo confirmo cuando veo que está empalmada. Y sin haberla tocado. Me gusta como va la cosa.
Cambiamos de posición para que yo también pueda chupar. Antes de hacerlo, me como sus ricas tetas. Pasamos a un 69 de lado. En efecto, tiene la polla durísima. Buena polla, ligeramente curvada a derechas. De grosor normal, se hace más fina hacia la punta. La meto en mi boca. Nos mamamos mutuamente. Intento hacerlo tan bien como ella. Con garganta profunda. Y lo consigo. Yurena empieza a gemir. Disfruto de su polla a la vez que acaricio sus piernas y su culo. Su piel es muy suave. Observo los detalles de sus tatoos mientras sigo mamando. La saco y meto sus pelotas en mi boca. Por cierto, toda la zona está limpia y perfectamente depilada. Vuelvo a comer polla. Los gemidos de Yurena se transforman en delirio. “¡Qué bien la chupas cabrón!”... escucho. Tras un rato de mamada, me hace parar. “Como sigas así, me corro. Y no quiero correrme aún”... me dice. Masturbo con movimientos suaves y le chupo los dedos de su mano. Pasado el momento crítico, lamo su glande con suavidad. Ella sigue devorando mi polla. “Chupa”... me pide. Vuelvo a metérmela entera. Una delicia. La tiene más que dura. Y me encanta. Al rato pide otra pausa. Se la doy, pero vuelve a exigir que siga chupando. De repente, veo que agarra su polla con su mano y la saca de mi boca. Empieza a gemir y se corre delante de mis ojos. La escena es supermorbosa. Su leche, de consistencia densa, resbala por su tronco y se va depositando en su base. “¡Nooooo!... No quería correrme tan pronto”... dice entre contrariada y satisfecha. “Solo he hecho lo que me has pedido”... respondo entre risas. Paso mi lengua por su punta, brillante tras su descarga. Una vez recuperada, se limpia con unas toallitas húmedas. Vuelvo a comérmela. “Ahora estará un rato tranquila”... escucho. Ella vuelve a tragarse mi polla. Más mamada mutua.
“¿Quieres que te meta un consolador?”... pregunta. “Pues sí”... respondo yo. Soy un vicioso, qué le vamos a hacer. Pone lubricante en sus dedos y lo reparte en mi culo. Escoge un consolador largo aunque no demasiado grueso. Coloca un condón rojo y lo introduce en mi agujero. Lo mueve con suavidad pero pronto se percata de que puede hacerlo con más fuerza. Me pregunta cuando fue la última vez que me follaron el culo. La verdad es que hace justo una semana. Me masturbo mientras ella sigue trabajándome. Debo confesar que me pone su look de chica “malota” abriéndome el culete. De repente, siento mucho placer. Abro la boca para avisar de que me correré si sigue así. Demasiado tarde. Antes de acabar la frase, estoy descargando. Yurena sigue follándome hasta que llega mi último espasmo. Ahí es cuando le confieso lo de la pajilla previa. Yurena se enfada medio en broma y me mete el consolador con más ganas. Me río y le digo que pare. Buen rollo en el ambiente. Así, el sexo es más bueno. Coge unas toallitas y me limpia.
Nos tumbamos en la cama y empezamos a charlar. Me pregunta por la página donde he visto su anuncio. Se lo digo. Estamos a gusto los dos. Durante ese tiempo, llama algún posible cliente pero no acaba de venir. Las cosas le han ido bastante bien en sus dos visitas a Palma. Su intención es regresar el próximo verano. Si es así, nos veremos. Mientras me visto pregunto por lo que le debo. Me dice que ya he pagado, que no es psicóloga y que no cobra por hablar. Más risas. He estado tan a gusto con ella que no recordaba si había pagado o no. Gran descubrimiento el de Yurena. Abandono su piso con un buen rollo de la hostia. Intensa sesión de sexo oral con algo más. Así da gusto.
Aunque tengo que confirmarlo, diría que Yurena es completa aunque le va más el rol pasivo.
Si no le hubiera sacado la leche tan pronto, con lo cachonda que iba, igual me habría enculado. Mueca
Added on April 03, 2017 at 12:00 am