Relatos Travestis Valencia: Paola Bracho en Bilbao te enia que hincar el diente
Autor: monix
Todo empezó a raíz de una conversación en una red social donde generalmente busco amistad, pasar un buen rato en mis ratos muertos en el trabajo, a veces en mi tiempo libre...
Conocía a Paola Bracho de algún relato por aquí, y de visualizar sus fotos una y otra vez siempre que aparecían por algún lado, algo inevitable por ese cuerpo fantástico que tiene.
Allí la vi y fui decidido a preguntarle que tal estaba, si le gustaba la ciudad....pero al final no me andaba con tonterías, tenia unas ganas locas de estar con ella y de disfrutar por mi mismo lo que otros ya habían hecho previamente. Fueron un par de días de tira y afloja entre amistad, buenos modales, cordialidad...Paola Bracho era un encanto conmigo y yo disfrutaba de su sinceridad. Hasta que me dio un ultimátum; debía pasarme por el piso donde ella estaba en 30 min o perdería la oportunidad de estar con ella para siempre.
Me dio un vuelco a todos mis planes que pasaban por llamarle en fin de semana sin ninguna obligación y con la mente despejada, y yo allí, a punto de cenar en mi casa, sin la mas mínima intención de levantarme, vestirme e ir al templo del deseo.
Estaba a punto de hincarle el diente cuando sentí un chispazo y me levanté de la silla a llamarle rápidamente por teléfono, no quería desperdiciar a esta maravillosa mujer.
Dicho y hecho, en media hora estaba en camino del templo, yo con mis habituales nervios pero decidido a ganar la batalla.
Me recibe tal y cual habíamos acordado, con unas botas hasta la rodilla y muy ligera de ropa, lo cual me hace sonreír y me quita los nervios de manera fulminante al mismo tiempo que me besa.
Todo es como lo había imaginado, Paola exhuberante y yo decidido a tomar las riendas le tumbo y saco de entre su tanguita una polla que me entra fácilmente en la boca pero que a cada instante lo que era pequeño comienza a hacerse gigante. Cada lametazo que daba su polla me respondía con una empalmada desafiante y volvía a metermela enterita. De mientras ella comienza a meterse mi polla en su boca y empiezo a ver el cielo. Seguimos a si un rato y estoy a punto de correrme. Ella se sienta en mi pecho y su polla empieza a follarme de manera impresionante, ella tampoco puede mas y quiere que me ponga a 4 patas para acabar allí mismo.
El ambiente esta caldeadisimo, yo también quiero follarla, así que me enchufo una gomita y comienzo a dilatarle suavemente. Ni ella ni yo podemos aguantar el empuje de las ganas de corrernos que teníamos, según le empiezo a meter la puntita me dice que pare que quiere que le coma el miembro y así lo hago. Fueron unos escasos segundos que se me hicieron eternos, tenia a Paola suplicándome que no me corriera con su polla en la boca a punto de explotar y Bum! se corrió con un chorrazo digno de película que empapo todo mi pecho, al cual yo respondí con otro a su boquita que hizo las delicias de lo que había estado esperando toda la semana.
Un pequeño masaje y mi tripa empezó a rugir, ya no se si por el vació de mis testículos o por que había olvidado la cena en la mesa, así que me vestí, me despedí amablemente de Paola y le dije que siempre recordaría esta experiencia, que con el tiempo nunca la olvidaría, y que para que ella tampoco lo haga aquí la dejo, para todos ustedes y en especial para Paola.
Próximo relato: Jessica Versace
Todo empezó a raíz de una conversación en una red social donde generalmente busco amistad, pasar un buen rato en mis ratos muertos en el trabajo, a veces en mi tiempo libre...
Conocía a Paola Bracho de algún relato por aquí, y de visualizar sus fotos una y otra vez siempre que aparecían por algún lado, algo inevitable por ese cuerpo fantástico que tiene.
Allí la vi y fui decidido a preguntarle que tal estaba, si le gustaba la ciudad....pero al final no me andaba con tonterías, tenia unas ganas locas de estar con ella y de disfrutar por mi mismo lo que otros ya habían hecho previamente. Fueron un par de días de tira y afloja entre amistad, buenos modales, cordialidad...Paola Bracho era un encanto conmigo y yo disfrutaba de su sinceridad. Hasta que me dio un ultimátum; debía pasarme por el piso donde ella estaba en 30 min o perdería la oportunidad de estar con ella para siempre.
Me dio un vuelco a todos mis planes que pasaban por llamarle en fin de semana sin ninguna obligación y con la mente despejada, y yo allí, a punto de cenar en mi casa, sin la mas mínima intención de levantarme, vestirme e ir al templo del deseo.
Estaba a punto de hincarle el diente cuando sentí un chispazo y me levanté de la silla a llamarle rápidamente por teléfono, no quería desperdiciar a esta maravillosa mujer.
Dicho y hecho, en media hora estaba en camino del templo, yo con mis habituales nervios pero decidido a ganar la batalla.
Me recibe tal y cual habíamos acordado, con unas botas hasta la rodilla y muy ligera de ropa, lo cual me hace sonreír y me quita los nervios de manera fulminante al mismo tiempo que me besa.
Todo es como lo había imaginado, Paola exhuberante y yo decidido a tomar las riendas le tumbo y saco de entre su tanguita una polla que me entra fácilmente en la boca pero que a cada instante lo que era pequeño comienza a hacerse gigante. Cada lametazo que daba su polla me respondía con una empalmada desafiante y volvía a metermela enterita. De mientras ella comienza a meterse mi polla en su boca y empiezo a ver el cielo. Seguimos a si un rato y estoy a punto de correrme. Ella se sienta en mi pecho y su polla empieza a follarme de manera impresionante, ella tampoco puede mas y quiere que me ponga a 4 patas para acabar allí mismo.
El ambiente esta caldeadisimo, yo también quiero follarla, así que me enchufo una gomita y comienzo a dilatarle suavemente. Ni ella ni yo podemos aguantar el empuje de las ganas de corrernos que teníamos, según le empiezo a meter la puntita me dice que pare que quiere que le coma el miembro y así lo hago. Fueron unos escasos segundos que se me hicieron eternos, tenia a Paola suplicándome que no me corriera con su polla en la boca a punto de explotar y Bum! se corrió con un chorrazo digno de película que empapo todo mi pecho, al cual yo respondí con otro a su boquita que hizo las delicias de lo que había estado esperando toda la semana.
Un pequeño masaje y mi tripa empezó a rugir, ya no se si por el vació de mis testículos o por que había olvidado la cena en la mesa, así que me vestí, me despedí amablemente de Paola y le dije que siempre recordaría esta experiencia, que con el tiempo nunca la olvidaría, y que para que ella tampoco lo haga aquí la dejo, para todos ustedes y en especial para Paola.
Próximo relato: Jessica Versace
Added on May 22, 2020 at 12:00 am